Todos los chamos, de alguna manera, han sufrido restricciones. Sea porque no los dejan salir a jugar, sea porque están castigados, porque es peligroso, porque es tarde, porque van a salir con sus padres, en definitiva, por un sin fin de excusas que limitan la voluntad de los chamos.
De grandes, esa libertad que tanto ansiamos de chamos, también se ve coartada y nuestra voluntad de hacer las cosas a veces se ve limitada por los factores sociales, el qué dirán, los idiotas que opinan sin saber, la pareja que tengamos en el momento, en fin, factores que por miedos tontos, dejamos de hacer las cosas que queramos.
De grandes, esa libertad que tanto ansiamos de chamos, también se ve coartada y nuestra voluntad de hacer las cosas a veces se ve limitada por los factores sociales, el qué dirán, los idiotas que opinan sin saber, la pareja que tengamos en el momento, en fin, factores que por miedos tontos, dejamos de hacer las cosas que queramos.
Ya, desde hace
mucho opté por vivir, hacer lo que me venga en gana, siempre que no atente
contra la libertad del otro. Escribo lo que me venga en gana, voy adonde me de
la gana, leer lo que me de la gana, vivir mi vida con quién me de la
gana.
Y la vivo con
alguien que la vive igual que yo.