martes, 28 de abril de 2009

Los Juegos (Parte I)

Prácticamente desde que nacemos estamos jugando. Nos inventamos cualquier cosa con tal de pasarla bien y disfrutar de un determinado momento. Ya cuando vamos creciendo, en la medida que comenzamos a socializar con los demás, los juegos pasan de ser un elemento únicamente de diversión para pasar a ser un elemento de diversión y competencia, ya que es este el elemento adicional que hace que todo ser humano juegue o participe de cierto evento. Es entonces que a medida que comenzamos a relacionarnos con el otro, comenzamos a inventar juegos que ayuden a demostrar nuestras destrezas y capacidades frente al otro con tal de pasar el rato agradable. La intención de este espacio ahora va a ser tratar de explicar los juegos que desde pequeño comenzamos a jugar, pasando por los juegos de adolescentes, hasta llegar a los de los adultos. Las fotos que coloco son propiedad de sus dueños y desconozco quiénes son, todo para salvaguardar el derecho de autor ;-)


1) Juego de manos: Este juego realmente nunca supe cómo se llamaba así que le coloqué el que aquí menciono, tal vez por la falta de interés que tuve en este juego porque normalmente lo jugaban casi exclusivamente las mujeres (digo casi porque muchachito que jugara este juego era mal visto por el resto, no se olviden que desde pequeños el machismo ha estado presente entre nosotros, pero es que por la naturaleza de este juego hay que ser necesariamente machista). Consistía en que dos personas o mejor dicho, dos mujeres, se colocaban de frente una a otra y hacían un juego de mano donde chocaban constantemente sus palmas, ya sea de frente una con otra, por encima, de lado, etc, mientras cantaban diversas canciones tales como: "Si dos personas se besan es porque tienen un poquito de amor, dime la letra, dime el color, A de amarillo, M de morado, O de oro, R de rosado, eso significa, amor apasionado".
Por supuesto que como es natural en todo juego, la competencia se daba cuando una de las personas que jugaban se perdía en sus movimientos y fallaba, declarándose la otra como ganadora del evento, pasando entonces de inmediato a jugar de nuevo hasta que terminaran casi con las manos con llagas de lo rojo que quedaban luego de tanta palmada. Hay otra modalidad que recuerdo de este juego que podía hacerse incluso entre tres personas, siendo entonces mayor el grado de dificultad, por lo que la persona que ganara, era considerada de gran destreza. Para jugarlo no era necesario un evento particular ya que podía jugarse en cualquier momento libre tanto en la escuela, casa o donde fuere, pero eso sí, sólo se jugaba entre las niñas que se tenían confianza mutua, ya que era muy raro que alguna niña lo jugara con otra que no conociera.


2) A la víbora de la mar: Para llevar a cabo este juego era necesaria la presencia de dos personas que se colocaban frente a frente con los brazos agarrados (quiénes previamente debían escoger o una fruta, un color o un objeto entre ellos) y un sinnúmero de personas más (la limitante era la cantidad de personas que estaban en el sitio) que debían hacer como especie de un trencito circular para pasar por debajo de los brazos de las dos personas que los tenían tomados mientras estos cantaban "a la víbora de la mar, por aquí podrán pasar, el de alante corre mucho y el de atrás se quedará, se quedará, se quedará, que pase el rey, que vuelva a pasar, la hija del rey se quedará, se quedará, se quedará, se quedóooooooo...". Una vez que terminarán de cantar esta canción y con la gente pasando por medio de los brazos de estas personas, dejaban a uno de ellos agarrado entre sus brazos y le pedían en voz baja que escogiera entre las frutas, color u objeto que previamente los que lo agarraron escogieron. Una vez que escogía, debía colocarse en la parte de atrás de la persona que tenía los brazos agarrados de la otra fuera propietaria de la fruta o elemento escogido. Una vez que pasaran todas las demás personas participantes del juego, previa selección de la fruta, objeto o color y de haberse colocado detrás de las personas por la cuál pasaron entre sus brazos, se tomaban todos de la cintura y comenzaban a jalar en sentido contrario del otro hasta hacer caer o jalar a su equipo contrario de manera de demostrar su destreza en la final de este juego. Para jugarlo, tampoco era necesario un evento particular, sólo que en determinado momento, si coincidían diversas personas en un sitio podía jugarse, así no se conocieran.
3) La Papa Caliente: Este otro juego consistía en que todos los que estuvieran presentes en una fiesta, reunión o evento, se sentaran en círculo, uno al lado de otro y comenzaban a pasar un objeto al que llamaban papa caliente y una persona designada por el grupo comenzaba a repetir insufriblemente y hasta el cansancio "la papa caliente, la papa caliente, la papa caliente, la papa caliente, se quemóooooooooo". Cuando decía "se quemóooooo", la persona a la que le quedaba "la papa caliente" en la mano, o salía del juego y se quedaba viendo al resto jugar o cumplía una penitencia (que podía ser amarrarse un bolígrafo o lápiz a la cintura de manera que quedara colgando como si fuera una cola de animal y tratar de meterlo dentro de una botella de boca estrecha agachándose, o darle un besito a alguien o cualquier otra locura que se le ocurriera al grupo).

4) El juego de las sillas: Este juego tiene el mismo principio de "la papa caliente", sólo que en cambio de ser un objeto el que pasa de mano en mano, son las personas que comienzan a caminar o rodear una serie de sillas colocadas en círculo (que siempre y necesariamente debía tener una silla menos de la cantidad de participantes que lo jugaban), mientras sonaba alguna canción. Cuando al Dj se le ocurra bajarle todo el volumen a la música, cada uno de los participantes tiene que sentarse en una silla, quedando por fuera la persona que sobraba por no contar con el número de sillas suficientes. Una vez que salía esa persona, el resto se paraba y se quitaba una silla adicional de manera tal que quedaran de último sólo dos participantes y una sola silla. Quién lograra sentarse, pues ganaba algún tipo de premio que se le otorgaba. Este juego normalmente se jugaba en cumpleaños o fiestas de niños. Particularmente nunca, pero nunca pude ganar este juego, aunque confieso que recuerdo que sólo lo jugué 4 o 5 veces a lo sumo y ante la frustración, decidí desertar de este juego.
Por los momentos me despido hasta escribirles de nuevo acerca del resto de juegos que todos y cada uno de nosotros jugamos sin querer queriendo. :-)

viernes, 17 de abril de 2009

Los Pies y el origen de Cenicienta


Parece mentira pero los pies han sido objeto de muchas interpretaciones, alabos y desagravios a lo largo de la historia. Los Pies masculinos difieren en muchos aspectos de los pies femeninos. Éstos últimos son más pequeños y en apariencia más delicados que el pie de los hombres y esto debido a la evolución que ha sufrido a través de los tiempos.
El Pie de los hombres es más robusto porque le era necesario al hombre de antaño para poder correr y cazar a su presa. En cambio, el pie de la mujer de la prehistoria es más delicado porque su vida era un poco más sedentaria, destinada a la vida de casa. De allí nos resulta que ver un pie femenino es sinónimo de un pie pequeño, de un pie angelical, de un pie virginal.
Cuando vemos un pie femenino que en proporciones es grande como un pie masculino, tendemos a clasificar ese pie femenino como uno masculino y esto ha traído como consecuencia que muchas mujeres escondan sus pies del ojo masculino para evitar estas burlas.
En la china del siglo X y hasta principios del siglo XX, se sometía pasar a las mujeres por una agonía de desfiguramiento del pie donde mediante vendas amarraban los dedos del pie, excluyendo el dedo gordo, para que poco a poco tomara la forma de la foto que acompaña a este escrito. Le hacían colocar los pies en un zapato pequeño que cada dos semanas se reducía en tamaño 2 milímetros, hasta adoptar una forma de pie pequeña que según los chinos era la forma ideal de un pie femenino, de un pie que una mujer extremadamente bella sólo era capaz de llevar. Una mujer china que tuviera este tipo de pie, significaba que pertenecía a las familias pudientes y por lo tanto, era un alto grado de belleza femenina. Esto también tenía connotación social de sumisión porque la mujer china sometida a esta torura no podía caminar bien y siempre tenía que estar al lado de su marido, a la vez que le evitaba las labores domésticas, creando entonces con esto una idea de alto status social.
Es entonces que el pie ha sido protagonista de muchos cuentos e historias. Hace poco leí a Desmond Morris de nuevo y me percaté acerca del origen real de la cenicienta. Resulta que aunque muchos no lo crean y muchos le atribuyan un origen egipcio, tiene un origen chino y no resulta ese cuento de hadas que a través de los tiempos se ha conocido.
Era la historia de un príncipe en busca de una mujer que tuviera el pie tan pequeño que pudiera entrar en un zapato diminuto que no era de cristal como se nos ha hecho entender según el cuento de Perrault, sino de piel. En su búsqueda, la madre de las famososas hermanastras, hace convencer a una de ellas que en vista de que su pie no entraba en dicho zapato, la obligó a cortar su dedo gordo. Una vez hecho y al ver el príncipe que entraba su pie en dicho zapato, se llevó a esta hermanastra pero al ver que de su pie brotaban los borbotones de sangre, se la devolvió a su madre. En ese momento, convence a su otra hija para que en cambio de cortarse el dedo gordo, se cortara parte del talón. Igualmente su pie entró en el zapato y este príncipe fetichista al llevársela, se percató igualmente de la sangre y la devuelve. En ese momento se da cuenta del pie pequeño de cenicienta, le calza el zapato y ve que entra perfectamente, llevándosela con él, demostrando así que un pie pequeño de una mujer es digno de estar con alguien de la realeza.
En conclusión, los pies siempre han sido un tema de discusión que ha pasado muchas veces por debajo. Tan acomplejante es su asunto que muchas mujeres los esconden y a muchos hombres nos llaman mucho la atención, porque ahi reside mucha de la feminidad que las caracteriza. De allí que comparto lo dicho por Benedetti: Una mujer que tiene los pies hermosos, nunca podrá ser fea.

martes, 14 de abril de 2009

El Hijo de la Novia


Hace ya algún tiempo pude apreciar esta gran película del director Juan José Campanella. En esta película se desarrolla la trama de un personaje de nombre Rafael Belvedere (interpretado por un soberbio Ricardo Darín), quién en medio de una vida llena de problemas existenciales (soportar un divorcio, una hija que criar, una nueva relación, el manejo de un restaurante heredado y hasta un infarto), quiere ayudar a su padre (el grandioso Hector Alterio) a casarse con su madre quién sufre de alzheimer (la magistral Norma Aleandro). Esta obra visual del 2001, vino luego de otra inmensa película de este mismo director llamada "El Mismo Amor, La Misma Lluvia" (1999), donde de cierta manera también se tocan elementos existenciales de la vida de sus protagonistas.
El Hijo de la Novia constituye definitivamente un deleite para los ojos y los sentidos y nos ayuda a darnos cuenta que si no entendemos lo que significa vivir (que no es solamente los accidentes que ella conlleva), nunca podremos realizarnos como humanos. Tampoco significa que sea la panacea del sentido de la vida pero si constituye un argumento suficiente para que aprendamos a valorar la gente que nos rodea y que quiere estar con nosotros.