Esta historia comienza una noche de navidad del presente siglo. Una cena a la que deben asistir diversos invitados. Todos ellos se encuentran ansiosos de acudir a este banquete preguntándose quiénes asistirán a tan gran evento. El promotor de este evento es el propio Jesús. El principal ansioso y nervioso, ya que las cenas tienden a crearle ese efecto y aparentemente todo el mundo ya parece haber olvidado el por qué de esto. Sin embargo, el tema principal de la cena no es otro sino una discusión acerca de la vida, así que, vamos a ver dónde nos lleva esto. Apenas comienzan a llegar los invitados y uno de ellos, el propio Karl, quién se mostró preocupado y algo escéptico con Jesús, se dijo así mismo: “La religión es el opio del pueblo” y sin más, alzó la voz como queriendo dar un discurso diciendo: "Un fantasma recorre Europa: el fantasma del comunismo..."
Fidel, vestido con un espectacular mono Adidas con tiras rastafari, escuchó a Karl y viéndolo le guiñó un ojo. Asistió a la cena ayudado por la obra de Dios y gracias a una máquina que lo ayuda a respirar y caminar artificialmente, sin embargo los medios de comunicación venezolanos y cubanos señalan el perfecto estado de salud en el que se encuentra.
Locke, en ese momento, se mostró reflexivo y tratando de entender la situación buscó recordar alguna experiencia similar que haya vivido y sentirla como suya propia. Sin embargo, su propia frustración lo absorbe de nuevo.
Federico logra entrar al lugar luego de una pequeña pelea con el portero porque no querían dejarlo pasar por su vestimenta algo informal. Llega en jeans, botas vaqueras y con el símbolo de superman tatuado en su brazo. Engels por su parte, algo molesto con el servicio de vigilancia, aboga por Federico y le presta un dinero (al 12% mensual, claro está) para que se compre una ropa decente.
Gilles por su lado, con sus aires de modernismo y de vacío, no le prestaba atención a lo que sucedía en esa reunión y observaba detenidamente una foto de él mismo en un estilo pop art, muy a lo Warhol. No lo entendía.
Benedetti, quién no pudo asistir por razones obvias, dejó claro un mensaje: "No se olviden que el olvido está lleno de memoria”. Jesús, quién de vez en cuando leía sus poemas, ve hacia el cielo y da gracias a su padre de que no fuera mujer.
En ese instante, Goya entra por la puerta principal con la maja vestida. Mientras manejaba se perdió en el camino y llegó por error porque no tenía pensado venir. Sin oír un carajo saluda a Fidel preguntándose quién es.
Kafka, angustiado por lo absurdo del mundo, no tiene ni la menor idea de por qué esta ahí. Lo único que piensa es en cuál será el segundo plato.
Mientras tanto Gilles sigue sin entender a Warhol.
Más tarde entra Emmanuel criticándole la razón a todo el mundo. Al igual que todos, se pregunta qué diablos van a conversar y por qué no han servido la cena aún.
A estas alturas, la maja ya no está vestida, Goya ya no oye, Fidel llora por Chávez a través de una máquina que lo ayuda a hacer lágrimas artificiales ya que éste se encontraba en el perito moreno y sigue estando en perfecto estado de salud según se señala en Venezolana de Televisión.
Karl quiere irse con Jesús para conocer a su papá, Engels consuela a Federico, Locke descubrió que le gusta la política, Kafka aún no prueba el segundo plato y Gilles definitivamente ya no entiende para nada a Warhol.
Jesús, algo triste por no poder dirigir de manera formal la reunión, decide colocarse de nuevo su chaqueta de cuero, se arregla sus jeans y dirigiéndose a todos les dijo: "Muchachos, no les provoca un poco más de Opio?
Fidel, vestido con un espectacular mono Adidas con tiras rastafari, escuchó a Karl y viéndolo le guiñó un ojo. Asistió a la cena ayudado por la obra de Dios y gracias a una máquina que lo ayuda a respirar y caminar artificialmente, sin embargo los medios de comunicación venezolanos y cubanos señalan el perfecto estado de salud en el que se encuentra.
Locke, en ese momento, se mostró reflexivo y tratando de entender la situación buscó recordar alguna experiencia similar que haya vivido y sentirla como suya propia. Sin embargo, su propia frustración lo absorbe de nuevo.
Federico logra entrar al lugar luego de una pequeña pelea con el portero porque no querían dejarlo pasar por su vestimenta algo informal. Llega en jeans, botas vaqueras y con el símbolo de superman tatuado en su brazo. Engels por su parte, algo molesto con el servicio de vigilancia, aboga por Federico y le presta un dinero (al 12% mensual, claro está) para que se compre una ropa decente.
Gilles por su lado, con sus aires de modernismo y de vacío, no le prestaba atención a lo que sucedía en esa reunión y observaba detenidamente una foto de él mismo en un estilo pop art, muy a lo Warhol. No lo entendía.
Benedetti, quién no pudo asistir por razones obvias, dejó claro un mensaje: "No se olviden que el olvido está lleno de memoria”. Jesús, quién de vez en cuando leía sus poemas, ve hacia el cielo y da gracias a su padre de que no fuera mujer.
En ese instante, Goya entra por la puerta principal con la maja vestida. Mientras manejaba se perdió en el camino y llegó por error porque no tenía pensado venir. Sin oír un carajo saluda a Fidel preguntándose quién es.
Kafka, angustiado por lo absurdo del mundo, no tiene ni la menor idea de por qué esta ahí. Lo único que piensa es en cuál será el segundo plato.
Mientras tanto Gilles sigue sin entender a Warhol.
Más tarde entra Emmanuel criticándole la razón a todo el mundo. Al igual que todos, se pregunta qué diablos van a conversar y por qué no han servido la cena aún.
A estas alturas, la maja ya no está vestida, Goya ya no oye, Fidel llora por Chávez a través de una máquina que lo ayuda a hacer lágrimas artificiales ya que éste se encontraba en el perito moreno y sigue estando en perfecto estado de salud según se señala en Venezolana de Televisión.
Karl quiere irse con Jesús para conocer a su papá, Engels consuela a Federico, Locke descubrió que le gusta la política, Kafka aún no prueba el segundo plato y Gilles definitivamente ya no entiende para nada a Warhol.
Jesús, algo triste por no poder dirigir de manera formal la reunión, decide colocarse de nuevo su chaqueta de cuero, se arregla sus jeans y dirigiéndose a todos les dijo: "Muchachos, no les provoca un poco más de Opio?
No hay comentarios:
Publicar un comentario