Así dice aquella canción que nunca pasa de moda por lo menos en Venezuela.
2011 fue un año con buenas y malas noticias (como siempre). Ocurrieron desgracias, ocurrieron eventos desagradables, robos, asesinatos, creció la inseguridad, entre tantas malas noticias. Pero realmente no todo fue malo. Hubo crecimiento económico para el país, mucha gente necesitada pudo beneficiarse con programas sociales, hubo un cierto clima de confianza en algunas instituciones. A nivel personal crecí profesionalmente, cada día se va creando un nombre y gracias a Dios, se va fortaleciendo el núcleo familiar.
2011 en fin fue un año de crecimiento en cualquier nivel.
2012 debe ser un año de consolidaciones, de recompensas al esfuerzo, a la consistencia y a la insistencia.
Debe ser un año en que nos dediquemos a vivir en pleno, sin importarnos lo que diga la gente y de atrevernos a decirles en la cara lo idiota que son aquellos que se merecen que le digamos eso.
Les deseo lo mejor para este nuevo año recordándoles que no se dejen llevar por convencionalismos sociales. Que ya es hora de agarrarle el culo a la vida antes que nos lo agarre a nosotros. A la gente de buena voluntad les va a ir muy bien. A los mediocres les va a ir como llevan su vida, es decir, llena de mediocridad.
2012 debe ser un año de cambios, prosperidad, salud y de excelencia.
Sólo eso les deseo.
Un abrazo y Éxito