La verdad es uno de los problemas filosóficos que más controversias ha generado desde éspocas muy remotas. Ya Aristóteles nos decía: "Decir de lo que es que no es, o de lo que no es que es, es falso, mientras que decir de lo que es que es, o de lo que no es que no es, es verdadero".
Visto de esta manera, la verdad viene circunscrita a la realidad del objeto, es decir, dependiendo del objeto algo será verdad o mentira. Sin embargo, recordando un viejo pasaje en la antigua Atenas, es famoso el relato de Epiménedes cuando al detenerse en medio de la calle grita "todos los atenienses mienten". Si esta aseveración es cierta, por lo menos existe un sólo ateniense que dice la verdad (Epiménedes), ahora, si esa aseveración es falsa, pues entonces todos los atenienses dicen la verdad salvo epiménedes que es el único que dice mentiras. En esta frase existe una verdadera paradoja porque si es verdadera es falso lo que dice pero si es falso, es verdadero lo que dice. Una verdad para ser considerada como tal, no debe contener estas paradojas.
Tarski, al tratar de definir la verdad, sostuvo que para considerar que algo es cierto, debe reunir dos requisitos básicamente: 1) debe existir una adecuación material (utilizando el ejemplo de tarski: la nieve es blanca. Esta definición es verdadera si y sólo si la nieve es blanca); y 2) debe existir un requisito llamado Corrección Formal (debe exitir una correlación entre el lenguaje utilizado y el metalenguaje, es decir, el predicado).
De todas formas, y esto es lo que realmente me preocupa, existe una verdad que va muy relacionada con la forma de ver las cosas, con la forma de entender la naturaleza del ser humano y esa es la verdad decepcionante ya que cuando te das cuenta de la verdad que encierran las personas dentro de si, te das cuenta de que una verdad muchas veces puede ser arropada con una buena mentira, lo que se puede concluir que cuando de verdad humana se trata, pues debemos estar preparados para la decepción. De allí que comparto lo que una vez dijo Jean Paul Sartre (filósofo francés contemporáneo de tendecia existencialista): "Como todos los soñadores, confundí el desencanto con la verdad".
Éxitos
4 comentarios:
Desde temprana edad, Sartre quiso evitar la verdad.
Jean-Paul era de estatura baja y uno de sus ojos sufría de estrabismo, lo que hacía parecer que no prestaba atención. A corta edad, su abuelo, Karl Schweitzer, lo llevó a la barbería para que le cortaran el cabello rizado y largo, porque según el abuelo, esto lo hacía ver como una mujer.
El resultado, tal como lo describen diversos escritos de la época, es un Jean-Paul cuyo físico era desagradable a la vista. Su abuelo decía que su desfavorecido físico era la herencia de la familia Sartre.
Sartre prefirió ser un soñador para evitar la decepción que producía la verdad. Fue hasta una edad madura en la que citó la frase "como los soñadores, confundí el desencanto con la verdad".
En ése momento Jean-Paul acepta que aquello que realmente producía desencanto es lo contrario a la verdad; el no sentirse conforme consigo mismo, y aprendió a valorar la verdad, sea cual fuere.
En todo caso cada quien elige aceptar la verdad o no."…Dice Sócrates: voy por un camino, me encuentro con un esclavo que duerme y por lo que dice en sueños me doy cuenta que está soñando que es libre ¿Qué debería hacer? ¿Debería despertarlo para que sepa que en realidad es un esclavo y que esta libertad que tiene es solamente un sueño o debería dejarlo dormir para que por lo menos en sueños disfrute esa libertad que no tiene? Y Sócrates dice: No lo sé…y yo agrego; yo tampoco pero…si tú alguna vez te encuentras conmigo y estoy dormido y yo soy un esclavo que sueña que es libre… a mí, despiértame…”
Que interesante
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